lunes, 30 de agosto de 2010

Celda


Diez años cavando desde mi celda un túnel hacia la libertad. Diez años de sufrimiento y soledad. Lo único que me salvó de la locura fue la ilusión de la liberación, la esperanza de volver a ver la luz del sol. Esa confianza en mi escapatoria me mantenía con vida, fortalecía mi cuerpo, empujaba la corriente de mi sangre, daba un sentido a mis días. "Ya falta menos", "ya falta poco" -con esas frases me animaba cuando ponía con cuidado la tapadera de aquella madriguera de sueños, al final de cada noche, para que nada pudiera verse durante el día.

Diez años imaginando cómo sería mi liberación en la oscuridad, arañando, comiendo tierra, tosiendo polvo, soñando con el momento en que mis retinas se contraerían dolorosamente por culpa de la luz de fuera, la luz natural, la del padre sol. Tal vez sólo podría mirar directamente al mar... pero ya no vería barrotes, ni guardias detrás de los barrotes, ni ratas junto al jergón, vería el mar, el infinito mar...

Diez años cavando desde mi celda una escalera hacia la luz, ¡Y ahora, un simple fallo en los cálculos -tal vez una esquina mal resuelta- hacen que me halle en la celda de otro hombre!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el mensaje de ayuda! Yo no habría llegado a este otro modo!

Anónimo dijo...

Muy buen puesto. Me tropecé con su blog y quería decir que he disfrutado mucho navegando por tu blog. En cualquier caso, voy a ser la suscripción a tu feed, y espero que escribir de nuevo pronto!